Algunos autores reducen a contradicciones o luchas
inter-capitalistas, las que están ocurriendo, particularmente la desatada por
Estados Unidos contra Rusia. Hay base para el supuesto, pero existen otros
factores influyendo y dando pie para que entre esos analistas se piense que resulta más probable
que nunca, el peligro de una guerra mundial. en eso dedsembocarían los mal manejados
desencuentros.
Si el
propósito de Barak Obama o aquellos a
quienes sirve, con la campaña desatada, es deslegitimar a Donald Trump, es posible que deban
esperar a que él solo se destruya, si se mantiene optando por los excesos anunciados, o, en su defecto, tendrán que buscar otros
pretextos o quizás aguantarse por un tiempo.
Siempre, en definitiva, les queda
un recurso reiteradamente empleado, como es el magnicidio. Pero el cuento de que Rusia intervino de
forma decisiva en el resultado electoral norteamericano es tan fatuo como
primario.
Lamentable que al final de su estancia en puesto tan relevante Barak
Obama gaste la pasión y el caudal político que pudiera conservar en asunto tan absurdo.
Acusar a Vladimir Putin de dirigir personalmente la campaña de descrédito
contra Hilary Clinton es ridículo y así va a quedar registrado en la historia.
Para darle soporte a las afirmaciones emplea a la desacreditada CIA y afirma
que Moscú se prepara para hacer lo mismo con otros países aliados de
Washington. Internacionalizar la hipotética injerencia alimenta resquemores,
discrepancias salvables, pero no ayuda a unir y darle vía a acciones sanas
contra el verdadero enemigo, sea el terrorismo o las desigualdades económicas.
Dos enfermedades graves que solo de conjunto pudieran obtener cura.
Sin
pretender liberar al Kremlin de sus deficiencias pasadas o actuales, resulta de
todo punto imposible dejar a un lado lo que en contra de Rusia, de los rusos,
por tanto, hizo Estados Unidos y un occidente que no se dio cuenta todavía que
ya la URSS no existe. Solo en la etapa postsoviética, Estados Unidos intervino
en la economía y las finanzas rusas, desde las bochornosas privatizaciones,
hasta la exportación de capitales, o la fabricación de grupos y organizaciones internas para minar
desde dentro a la federación, sobre todo luego que arribaran al mando del país
gobernantes nacionalistas, dispuestos a defender la so
Los procesos de desestabilización
incluyeron a ex repúblicas vecinas que,
como Ucrania, tenían peso político y comercial en la existencia rusa. Innegable
el papel de Washington en esos transcursos que ningún bien le hicieron a los
sitios donde ocurrieron y de los cuales la Casa Blanca tampoco salió
propiamente triunfante.
Quien carece de moral no puede erigirte en censor de
nadie, sobre todo si, como es el caso, ha metido sus dedos en tantos pasteles en todo el
mundo.